Se incluyen entre los nutrientes que la piel requiere para mantenerse sana aquellos que se pueden obtener, en su mayoría, por medio de una alimentación balanceada, rica en frutas y verduras, en conjunto con un regimen de cuidado de la piel básico. Por ejemplo, compuestos con peróxido de hidrógeno, en emulsiones, provee oxígeno al ser descompuesto en agua y oxígeno puro por medio de las enzimas propias de la piel. El colágeno o complejo de oligo-colágeno, que contempla los beneficios del colágeno así como de la acción bio-catalizadora de los oligoelementos. El azufre, por medio de sustancias como la tioxolona, que presenta propiedades que regulan y equilibran la función de las glándulas sebáceas. El colágeno hidrolizado, que tiene gran capacidad de retener agua, hidrata desde la superficie hasta planos profundos en la dermis. Brinda resistencia, firmeza, hidratación y turgencia a la piel, mejorando su estructura de sostén. De esta forma retarda la aparición de arrugas y minimiza las existentes. Elementos minerales de la arcilla verde promueven reacciones enzimáticas. El zinc es una coenzima o cofactor vital para la nutrición celular y el equilibrio ácido-base controlando el pH de la piel. Manganeso, para la función adecuada de las mitocondrias. Coenzima Q10 importante en procesos enzimáticos de la piel. El hierro, transporta oxígeno e influye en procesos metabólicos celulares. Magnesio se combina con la vitamina E para proteger la piel de los radicales libres y forma parte del metabolismo del tejido nervioso. Otro antioxidante de gran importancia, la vitamina C, además promueve la restructuración de tejidpo cicatrizal.
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